Crónica de la tercera edición de Desvariarte, muestra del Frente de Artistas del Borda, luego del anuncio del traslado del gobierno de la Ciudad a las inmediaciones del Hospital Borda
11 de septiembre de 2011
Del centro a los márgenes
Caminás por
la calle Salta desde Plaza Constitución que, por ser domingo, está menos
repleta de gente. Cruzás la Avenida Montes de Oca y caminás. “Tiene que ser más
allá”- pensás, pero parece que la ciudad no siguiera. Cuesta creer que más allá
de la autopista hay algo que no sea fabricas y grandes edificios abandonados, que
haya ciudad y de vez en cuando transite gente.
Llegás a
Ramón Carrillo y bordeás un paredón largo, largo, interminable, hasta llegar al
375. El paisaje es desolado. Todo te recuerda que estás en los márgenes de la
ciudad, en el borde. Entonces, encontrás el cartel que te dice que llegaste:
“Hospital de Salud Mental José T. Borda”. Dispuesta a cruzar las rejas, te
preguntás: Sur, paredón ¿y después?
El Hospital
Borda te recibe con una garita que, a pesar de estar para controlar, no te
registra. Carteles de arpillera denuncian sobre el frente despintado de esta
institución centenaria: “No al Cierre”, “En el Borda hace frío, queremos gas”.
Seguís las calles internas, te dirigís hacia donde la música te indica que está
la muestra artística anunciada: Desvariarte, el evento que organiza el Frente
de Artistas del Borda.
Podía
parecer un delirio persecutorio, más viniendo de los márgenes, más tratándose
del Borda. Pero los hechos lo confirmaron en gran medida. Hace meses, el rumor
de cierre del Hospital venía corriendo por pasillos, de boca en boca y de vez
en cuando llegaba algún eco a los medios de comunicación. El abandono y la
falta de presupuesto ya casi no eran novedad, tras cuatro meses de falta de
gas. Pero hace
dos meses, el cierre de la Unidad Penitenciaria nº 20 que funcionaba en el
predio del Borda, empezó a corporizar el fantasma. A principios de esta semana
el reelecto jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, anunció la mudanza de la
jefatura de gobierno y cinco ministerios a las inmediaciones de este centro de
salud y removió el avispero.
Finalmente
llegás al fondo, donde la locura y el arte se despliegan sin trabas. Cuadros
multicolores, música de tambores, libros que cuelgan de los árboles y gente que
los lee en silencio o en voz alta. Parecen locos, pero son artistas. Esta
locura está organizada, no es espontánea sino premeditada, no se practica
compulsivamente a pesar de la voluntad, no hace daño, está domesticada. Esta
locura ya es arte.
Los stands
de Radio La Colifata, del Frente de Artistas del Borda y de la organización Cooperanza
delimitan el espacio de la muestra que se desarrolla en forma simultánea en el parque
y en el interior del galpón del fondo. Bajo el sol, el grupo Sikuris de IMPA toca folklore jujeño en ronda. Los internos,
los artistas, los visitantes, están mezclados, bailan, hablan, se saludan,
piden cigarrillos. Aquí y ahora, las barreras de la locura y la cordura se
desvanecen.
Gisella
coordina el taller de periodismo, como parte del Frente de Artistas del Borda,
que está organizando esta muestra por tercera vez. Para Mauricio Macri, la
mudanza de la sede administrativa es parte de su promesa de campaña de
“promover el desarrollo de la Zona Sur”. Pero Gisella tiene otra versión: dice
que el jefe de gobierno está jugando a las escondidas. “Es una forma de
invisibilizar la protesta social, porque cuando hay un problema con el gobierno
de la Ciudad se va a Plaza de Mayo, se va al centro de la ciudad, si hacés una
movilización acá es muy difícil que se vea.”
250
millones de dólares es el monto que será invertido en la construcción del
Centro Cívico que se ubicará a dos cuadras del Borda, sobre parte del predio
que pertenece al Hospital pero no está en uso. Según uno de los talleristas, de
nombre Anselmo, con el 10% de esa suma podría ponerse en condiciones dignas el Hospital.
El plan incluye la venta del Edificio del Plata, donde hoy funciona la jefatura
de gobierno y el desmantelamiento de la unidad penitenciaria que queda unos
metros atrás del galpón en donde se hace el festival. Allí durante la última
dictadura militar se torturó y mató. El Frente de Artistas propondrá, ante el traslado
de esta Unidad, que sea convertida en espacio de la memoria, como se hizo con
la Ex ESMA. Porque ¨la historia no se demuele”, dice Claudio Calvo, uno de los
oradores.
Suena ahora
la cumbia, los “locos” siguen bailando, los de afuera y los de adentro, y va
cayendo el sol sobre estos márgenes a los que se quiere mudar el centro. Es
hora de emprender la vuelta, de cruzar las rejas, para volver a entrar a la
ciudad, hacia Plaza Constitución donde mañana lunes vuelve a empezar la locura
de todas las semanas. La que está conforme al sistema, la bien vista.
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