martes, 30 de noviembre de 2010

Enloqueciendo mi ciudad

Había un barco encallado en plena bocacalle
y ella se despedía con pañuelos y ademanes.
Los autos ladraban y movían los caños de escape.
Mi ciudad- por fín- había enloquecido:
Encarceló a los mercaderes,
Liberó las hamacas y las plazas
La muchedumbre se juntaba en las terrazas
a festejar el deseo y la esperanza.
La cordura agonizaba en la cornisa,
amenazada de muerte- por fin- la injusticia.
Yo caminaba sus calles- por fin- feliz de vivir aquí.

Un flaco alto obligaba a un hombre armado
A bajar el cuadro de su jefe asesino,
los cobardes le llamaban temerario,
las madres lo aplaudían abajo y arriba del escenario.

Había trenes que volaban
Largaban humo rosa de trompas galopantes
Guardas vestidos de príncipes
Tiraban al aire los boletos
El amante encontraba a su amada en la estación
Y chocaban astronautas perdidos sin su espacio
Mi ciudad- por fin- había enloquecido
Y frenando de pechito a la luna por callao
Un buey silbaba un tango
Yo bailando empezaba a reir
Feliz- por fin- de vivir aquí.

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