El reciente alejamiento de Elisa Carrió del Acuerdo Cívico y Social que formaba junto a la UCR puede interpretarse en términos de lo que en el ambiente teatral se llaman coloquialmente "conflictos de cartel".
Los únicos momentos de unidad que muestra la "oposición" son aquellos marcados por los intereses que pretenden representar: los de la Sociedad Rural y los del multimedio Clarín. Por eso se los vió unidos para la foto en la larga y penosa mesa que iba de Joaquin Morales Solá al impresentable Olmedo con su célebre campera amarilla, el abanderado contra el matrimonio igualitario. En los últimos días, también se los supo reunidos recibiendo instrucciones de Héctor Magnetto, el CEO de Grupo Clarín.
Fuera de eso, la construcción ficticia que los medios llaman oposición no logra articular una alternativa política seria. Mientras tanto, el letrero de la obra "Yo represento a la Patria Sojera" sigue con su primer puesto vacante y hay varios competidores peleando por el premio mayor, que sería la candidatura presidencial. Sin embargo, no sólo es el orden de los actores lo que está en juego. La forma de representar ese papel también es motivo de discordia en el arco opositor. Por un lado, la sobreactuación derechosa de Carrió, que desde la 125 viene abogando por llevar las retenciones a cero, e incluso en los últimos días polemizó con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner y con la Federación Agraria al oponerse a la segmentación del gravamen, no dio frutos en las encuestas. Esta estrategia ultraoportunista difiere de la propuesta de Ricardo Alfonsín y el socialismo de llevar una postura mimética respecto a las políticas de centroizquierda que viene llevando a cabo el kirchnerismo. En su reciente visita a la Argentina, el filósofo Ernesto Laclau analizaba que el panorama político nacional se correría de conjunto a la centroizquierda y los competidores más serios del kirchnerismo no provendrían de una oposición que jugara por la derecha sino aquella que coqueteara por la izquierda. Con las limitaciones del caso, el ¨socialalfonsinismo¨ es la estrategia que parece estar teniendo más éxito, a juzgar por el triunfo del hijo del ex Presidente en las internas radicales sobre el Vicepresidente Julio Cobos, quien se anotó en la carrera presidencial con su voto no positivo a favor de la oligarquía de la soja. Por otra parte, la estrategia del travestismo que aplica la oposición cuando recicla viejas consignas de la izquierda como el 82% móvil carece totalmente de credibilidad. Bueno, termino el post porque ya casi me quedo sin ideas, igual que la oposición.
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